Shock de consumo: la apuesta del nuevo gobierno para cambiar las expectativas
La promesa de "poner plata en el bolsillo" que hizo Alberto Fernández será una de las prioridades de la nueva gestión. El objetivo es promover un rápido repunte del movimiento comercial y generar un cambio de clima. Pero la emisión monetaria será la peligrosa contracara de la estrategia
Alberto Fernández quiere evitar el primer mal paso que dieron otros gobiernos, como los de Fernando de la Rúa y Mauricio Macri. Por distintos motivos, ambos comenzaron sus gestiones con caídas en el nivel de actividad, producto de ajustes ni bien comenzaron a gobernar. En el caso del radical fue la "tablita de Machinea" que aumentó la presión fiscal sobre salarios y empresas. Y en el caso del gobierno macrista, el sinceramiento del dólar y el aumento de tarifas provocaron un empinamiento de la inflación que pegó fuerte en la actividad interna.
Esta primera "buena impresión" que procura conseguir Alberto Fernández sería complementada además con una baja de la tasa de interés y el regreso de líneas de crédito subsidadas para empresas, que tendrán que otorgar los bancos.
Existe una probabilidad cierta que el plan de estímulo económico dé resultado en el cortísimo plazo. Después llegará la "hora de la verdad". La contracara de este programa para reactivar el consumo es un fuerte aumento de la emisión monetaria, que ya empezó pero que seguiría en las próximas semanas. En total, el Central volcaría al mercado vía adelantos transitorios unos $ 300.000 millones.
El peligro es que semejante emisión monetaria termine trasladándose al precio del dólar y finalmente generando más inflación. Por eso, en febrero la lupa estará puesta en el flamante presidente del BCRA, Miguel Pesce, quien deberá definir si aspira una buena porción de los pesos emitidos o decide dejarlos en el mercado. Se trata de una decisión difícil, ya que prender la "aspiradora" requeriría de un aumento de las tasas de interés.
Fuente: Infobae