Perder el trabajo y aferrarse al arte: el camino de Ivana
Por la pandemia perdió su trabajo en el Hotel Libertador y fue la pintura, su gran pasión, la que la sacó adelante.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Muchas historias se escribieron en esta pandemia de coronavirus. La crisis económica llevó a que muchos negocios y emprendimientos cerraran sus puertas y puso punto final a trabajos e ilusiones. Sin embargo, la resiliencia se apoderó de los que perdieron y salieron adelante gracias a la pasión y las ganas de hacer eso que tanto les gusta.
Es el caso de Ivana Graciela Almada de 43 años que vive en barrio 9 de Septiembre, madre de un hijo de 19 años, que lamentablemente perdió su trabajo cuando cerró el emblemático Hotel Libertador. Pero gracias a su gran pasión por el arte, ella comenzó a generar ingresos como artista y encontró su lugar en el mundo de la pintura.
Esta vocación y talento, le permitió sostenerse hasta que encontró una nueva fuente laboral como empleada doméstica y elabora tortas para sostener su casa.
"Frida Kahlo", uno de los trabajos de Ivana Almada.
Perder para ganar
Ivana es el sostén de su hijo de 19 años, que casualmente terminó el secundario en plena cuarentena. "En el hotel trabajé un año y medio como conserje hasta que llegó el día donde a todos nos dijeron que no se podía salir por el coronavirus y el hotel cerró definitivamente. Fue un momento muy triste en mi vida y por eso me aferré a la pintura".
En la desesperación y en casa sin posibilidades de salir a buscar un nuevo trabajo, esta mama siguió pintando hasta que llegó la oportunidad menos pensada. "Tenía ansiedad, incertidumbre, No sabía cómo salir adelante hasta que conocí a Lily Corzo, quien me invitó a vender sus productos, conoció mis cuadros y me compró uno".
Con un corazón enorme y entendiendo la situación de Ivana, Lily la invitó a mostrar sus cuadros en su reciente local de avenida Garibaldi; un lugar perfecto para exponer al público sus obras. "Así empecé a vender más al público y a hacer por encargo".
En pandemia, los cuadros también llevaron a Ivana a participar de muestras, como una verdadera artista. "En Pandemia participé por primera vez en un concurso de pintura en el Salón Rizzutto de Villa Carlos Paz y obtuve la primera mención, todo un logro por ser mi primer concurso. Todas esas cosas me hacen creer más en mí y ver que puedo siempre un poco más".
Perdió su trabajo por la pandemia y el arte la sacó adelante.
Una curiosidad convertida en pasión
La pintura no es solo un hobby para Ivana. La mujer estudia, se capacita y se forma con la maestra Nancy Garnero, que le cede su espacio y sus conocimientos. "Mi amor por la pintura surge un poco como curiosidad. Me gustaba ver todo lo que hacía Nancy Garnero y siempre pensaba en hacer lo que ella lograba con la pintura. Un día abrió su taller y le pregunté si me podía anotar ya que nunca lo había hecho. La primera obra que hice me hizo renegar pero lo logré".
"El mundo de la pintura es demasiado amplio y siempre se aprende algo nuevo. Me gustaría seguir investigando, aprendiendo a pintar rostros, paisajes, entre otras cosas", sostuvo Ivana.
"El sueño de todo artista creo debe ser poder vivir de lo que hace. Hoy no puedo decir vivo de la pintura pero es algo que hago con mucho placer y me genera ingresos".
Tras lo vivido en la cuarentena, "el arte no solo me salvó de la mala situación económicamente... Sino que me relaja y me libera. No me deja pensar en otra cosa. Ojalá todos pudiéramos vivir de lo que nos gusta hacer".
Para conocer más el trabajo de Ivana, visitar sus redes sociales. Facebook: Ivana Almada o en Instagram, @cuadrospintadosamano.