"Me despedí de todos, de mi familia. Cuando abro los ojos me estaban reanimando en la calle", Guadalupe Gutierrez Ortiz
AM 1050 dialogó con Guadalupe Gutierrez Ortiz, sobreviviente de la tragedia de Cromañón, sucedida en el Barrio de Once el 30 de diciembre de 2004.
Aquel 30 de diciembre de 2004 Guadalupe salió a disfrutar del recital de Callejeros. Ella tenía 16 años y con un grupo de amigas se dirigieron al Barrio de Once precisamente al lugar llamado "República Cromañón".
Después de la tragedia Guadalupe, con mucho trabajo, pudo salir adelante. Hoy es abogada y dedica parte de su vida a trabajar con la ONG "Familias por la Vida", asesorando a familias que vivieron esa tragedia y dando talleres de prevención para que esto no vuelva a suceder.
"Se formó después de Cromañón. No nos quedamos solamente con los papas de Cromañón sino que integran familias que sufrieron tragedias familiares similares", explicó Guadalpue.
LA TRAGEDIA CONTADA EN PRIMERA PERSONA
"Cromañón marcó a Argentina. Mi mamá esa noche no había toado dimensión hasta que lo vio en un noticiero de España", empezó contando Guadalupe, víctima de aquel trágico 30 de diciembre de 2004.
"En el colegio escuchábamos la banda. Al recital anterior no me había dejado mi mamá ir porque tenía malas notas en matemática. como me fue bien en las materias le dije a mi mamá que me dejara ir. Ella no estaba muy convencida, pero fui igual".
"Fuimos con mis amigas. Entramos temprano porque nos gustaba la banda soporte. Nos revisaron todo, hasta dentro de las zapatillas. En ese momento no había mucha gente", detalló.
"Cuando empezó a ingresar mucha gente nosotras estábamos lejos de la puerta, en diagonal. Pato comenzó a cantar y no terminó su primera canción. Yo estaba bailando esquivando una bomba de estruendo. En ese momento parecía normal. Nunca imaginé que iba a estar todo mal".
Pero entre bombas y bengalas todo termino en una tragedia. Así lo recuerda Guadalupe:
"Era una llama naranja con un humo espeso. Se formó un circulo porque se empezaba a caer parte del techo. Estábamos super apretados. En ese momento se corta la luz. Le dije a mi amiga quedate tranquila y ahí comienza el caos".
Esa noche, la cantidad de personas superaba la habilitada para el lugar. En ese salón podía ingresar hasta 1031 personas. El 30 de diciembre de 2004 había más de 6000.
"El humo era muy tóxico y negro. Me suelto de mi amiga y empezamos a pedir ayuda. En el momento que me doy cuenta de la dimensión de la situación había un chico con una linterna del celular. Fue una luz blanca que vi y le dije que estaba mal. Pensé acá está todo mal. Me levanté la remera para respirar porque me quemaba la garganta".
"Después me despedí de todos, de mi familia. Cuando abro los ojos estaba en la calle y me estaban reanimando. Evidentemente me desmayé".
La tragedia fue solo cuestión de segundos. "fue todo tan rápido que no llegábamos ni a gritar".
Hoy Guadalupe es una sobreviviente que trabaja permanentemente para superar aquel Cromañón que marcó su vida y la de todos los Argentinos. Por eso, integra la ONG "Familias por la Vida" que busca concienciar sobre la habilitaciones de los lugares.
"Queremos que los chicos se diviertan, disfruten pero que vuelvan a casa. En Cromañón fallecieron 194 personas y muchos sobrevivientes se quitaron la vida después. Queremos evitar otra tragedia", concluyó.
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