El desconocido al que le cantaba Lennon
Un extraño se presenta en el palacete de John Lennon y le dice ser la fuente de inspiración de sus canciones. El ex Beatle ni siquiera lo conoce, pero el extraño le manifiesta su convicción de que allí, cara a cara, ambos verán que todo encaja.
Por Manuel Montali | LVSJ
Nos encontramos en el palacete de Tittenhurst Park, Ascott, Inglaterra. Allí viven, crean y aman los artistas John Lennon y Yoko Ono. Todo sucede alrededor de las grabaciones del disco "Imagine" del ex Beatle.
"Fue una época maravillosa e intensa", nos cuenta Ono en el documental homónimo al álbum, en el cual se registran estas filmaciones caseras. "Hacer el disco y caminar por los jardines": para ella, el paraíso podría resumirse en esos pocos verbos.
Por ahí anda otro ex fab four como George Harrison para dedicarle "How do you sleep?" a Paul McCartney, también el productor Phil Spector y alguna que otra celebridad. Pero no es en las estrellas en donde nos interesa fijarnos. Corriendo los ojos de las luces, nos detenemos en una escena trivial, quizá algo armada, pero que resulta sumamente significativa teniendo en cuenta el desenlace de Lennon.
En ese marco idílico, un guardia advierte al cantante y a Ono que un tipo extraño anda paseando por el jardín de la casa durante las noches. Es un extraño de pelo largo, sucio, con barba de unos días y demasiado abrigado. John decide ir a hablar con él. Para Yoko, el músico "siempre se sentía responsable por esta gente, porque creía que era el resultado de sus canciones". El intruso viajó de Estados Unidos hasta allí porque se siente directamente aludido por lo que canta Lennon. No hay ninguna malinterpretación: el muchacho cree que John, sin conocerlo, está hablando de él.
"No confundas las canciones con la vida. Pueden tener importancia, como un montón de otras cosas", le dice el ex Beatle. Y se baja del pedestal en el que se había animado a compararse con Jesús: "Sólo soy un tipo que escribe canciones".
El muchacho insiste, le dice que fue a verlo porque creía que, si se conocían, ambos lo sabrían.
-¿Saber qué? -pregunta Lennon.
-Que todo encaja -responde el intruso.
-Todo encaja si estás viviendo en tu propio mundo -refuta John.
El muchacho no quiere perder la pulseada: "Todo encaja", insiste, y da algunos ejemplos como el de "Muchacho, vas a llevar ese peso por mucho tiempo".
-Paul lo escribió -argumenta Lennon, aunque, en esa época de indirectas musicales entre uno y otro, se apura en aclarar-: pero nos pertenece a todos, él canta por todos nosotros.
Y le explica que sólo se estaba divirtiendo con las palabras, literalmente, con sinsentidos, que Dylan lo hace, que cualquiera lo hace, que simplemente tomas palabras, las pones juntas y ves si significan algo, que a veces sí, otras no.
"Mi último álbum era yo saliendo de mi sueño. Puedes durar toda tu vida en ese sueño y luego se acaba", le dice.
-¿No pensabas en nadie cuando cantabas eso? -repregunta el extraño.
Lennon se impacienta:
-¿Cómo podría haber estado pensando en vos?
-Bueno, tal vez no en mí pero en alguien...
-Pienso en mi o en Yoko si es una canción de amor. Lo que digo es: "Hoy cagué bien, pensé en eso esta mañana, te amo Yoko o lo que sea". Canto acerca de mí y de mi vida. Y si es importante para la vida de los demás, está bien.
Para John, el tema está agotado. Mira al extraño y le pregunta:
-¿Tienes hambre?
-Sí.
-Vamos a darte algo de comer.
En las escenas siguientes se puede ver a Lennon y Ono en la mesa junto a este joven. Y no hay nada más sobre este encuentro.
En Internet, por ejemplo en foros de fans de los Beatles, se hicieron búsquedas sobre el extraño. Aparecen testimonios de supuestos familiares. Niegan las versiones de que el muchacho era un ex combatiente de Vietnam, afirman que provenía de una casa de buena formación musical, que empezó a abusar con drogas, que anduvo trabajando en granjas, que le dieron una indemnización por un trabajo con la que se compró un avión y que terminó estrellándose y perdiendo la vida poco después de la muerte de Lennon.
En estos foros hay muchos otros testimonios de fans que perdieron la cabeza con la música de Lennon (y otros agregados). Uno de esos fans trastornados, Mark Chapman, fue el que lo asesinó.
En el documental "Imagine", un poco en broma, John cuenta que iban a ver películas de Elvis y que, cuando aparecía, la gente se volvía loca, lo que lo llevó a pensar que la música era un buen trabajo.
Quizá, si hubiera tenido la oportunidad, le habría dicho a su asesino que él no era más que un tipo que escribe canciones. Quizá se hubiera sentido responsable por Chapman al considerarlo un producto de esas canciones. Quizá, incluso, lo habría invitado a comer algo.