El albañil fue condenado a 15 años de cárcel por el crimen de un joven en barrio San Cayetano
La fiscal había pedido 15 años de prisión para Juan Carlos Santillán, y la familia de la víctima, 20. Germán Benavídez tenía 34 años cuando murió tras recibir dos disparos de arma de fuego cuando ingresó a una casa de barrio San Cayetano, aparentemente, para reclamar por un robo.
Juan Carlos Santillán (66), el albañil acusado de quitarle la vida a Germán Benavídez (34), en la madrugada del 3 de octubre de 2017 en una vivienda de barrio San Cayetano, fue condenado a xxxx de cárcel.
La fiscal de Cámara, Consuelo Aliaga, había solicitado 15 años de prisión y declararlo autor del delito de "homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego". La querella, en tanto, solicitó 20 años de cárcel y mantener la acusación de la fiscal.
Santillán llegó al juicio imputado como supuesto autor de "homicidio agravado por alevosía".
Durante tres días, entre la veintena de testigos estuvo Marta Isabel Benavídez, madre del joven asesinado. La mujer incriminó al hijo del acusado, José Santillán, como una de las personas que esa madrugada antes de que la víctima recibiera los disparos mortales lo golpeó. Dijo que la mayoría de los vecinos del sector había denunciado a Vistel, hijastro del acusado, por diferentes hechos de robo.
"Sé que habían acomodado todo para hacer parecer que mi hijo había entrado a robar, cuando en realidad él le fue a reclamar a Luis Vistel algunos elementos que le había sustraído de su taller de motos - dijo la madre de la víctima. Mi hijo era bueno, no había motivos para matarlo así, él siempre decía que Santillán era una buena persona".
La sentencia estuvo a cargo de un tribunal unipersonal a cargo del vocal de la Cámara Criminal y Correccional Claudio Requena.
Marta Benavídez, mamá de la víctima, junto a su abogado, Marcos Tognon
La causa
En un primer momento, Santillán fue imputado como supuesto autor de "homicidio en exceso de la legítima defensa". Estuvo un tiempo detenido pero el fiscal de Delitos Complejos, Bernardo Alberione, lo liberó.
n tanto, la investigación siguió su curso y el fiscal obtuvo nuevas pruebas que terminaron inclinándolo a detenerlo nuevamente e imputarlo con la carátula con la que ahora comienza a ser enjuiciado.
Precisamente, la defensa durante el juicio intentó convencer al tribunal de que Santillán mató en legítima defensa, pero no lo logró.
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