Después de 3 meses, volvieron a repartir los bolsones a jubilados pero no alcanza
Regresaron, pero más vacíos. "Es una ayuda, no va alcanzar para todo el mes". En medio de la crisis económica donde los abuelos siguen perdiendo salario, 955 afiliados al Pami que perciben la mínima recibieron la ayuda alimentaria y otros están en lista de espera. Piden que la Tarjeta Alimentar los alcance a ellos también.
Tras una espera de tres meses, el Pami a través de los centros de jubilados retomó la distribución de bolsones alimentarios a 955 afiliados entre San Francisco y Frontera. Otro tanto se encuentra en lista de espera para poder acceder a este beneficio.
Entre el pasado martes y ayer miércoles se entregaron las unidades alimentarias para los afiliados a la obra social de jubilados y pensionados. La entrega se concretó en los centros de jubilados del Este Cordobés (775 bolsones), ATE (79 bolsones) y Frontera (81 bolsones). Hasta cada uno de esos destinos llegaban los jubilados de San Francisco y la vecina ciudad para retirar los bolsones -que vienen más flacos- integrados por azúcar, aceite, fideos, arroz, arvejas, puré, harina y frutas en conserva.
Bolsones cada vez más flacos
La compra de estos alimentos representó una inversión de $945.000. Jorge Acosta, responsable del Centro de Jubilados del Este Cordobés -Garibaldi 804-, recordó que "esta entrega corresponde a la que tenía un atraso de tres meses del año pasado, es decir que con esto se terminan los bolsones correspondiente a 2019".
Menos y demora
"Es una ayuda, no va alcanzar para todo el mes", dijo con resignación Raúl, una jubilado de 81 años, Se que pese a la inconstancia de la ayuda alimentaria -aunque más que una ayuda es un derecho- nunca dejó de sonreír y agradecer.
En 2019 se dejó de entregar leche en polvo por el aumento de su precio, tampoco yerba y atún integran la partida, varios productos tuvieron que ser reducidos a paquetes de medio kilo, para abaratar costos y que el monto del bolsón rindiera un poco más; son apenas ocho alimentos que pueden llenar la pansa pero no cubrir la necesidad nutricional de los abuelos.
A esto se suma el atraso permanente en el desembolso del dinero a los centros de jubilados para la compra de los artículos, provocando demoras en la entrega misma de la mercadería.
La entrega se retomó luego de tres meses
Solo un dato: el costo de vida para una pareja de adultos mayores en enero fue $7.000 superior que la suma de dos jubilaciones mínimas.
Vale aclarar que los centros de jubilados no tienen nada que ver con la conformación de los bolsones, solo son intermediarios y no cuentan con ningún beneficio, es más, son voluntarios y se hacen cargo de la luz y otros gastos del salón.
Piden su tarjeta
Acosta reconoció el inconveniente que tienen los jubilados y pensionados para la compra de alimentos a partir de las jubilaciones mensuales que perciben por lo que consideró que "sería bueno" que la Tarjeta Alimentar incluyera a aquellos "que cobran la mínima" porque estas personas "no llegan ni por asomo a comprar lo necesario para subsistir".
"Tendrían que entrar los jubilados en el beneficio de la Tarjeta Alimentar porque con una jubilación de $15.000, un jubilado que tiene que alquilar, pagar la luz, el agua y los impuestos no llega a sobrevivir".
Con el aumento del 11,6 % otorgado en marzo por el gobierno de Alberto Fernández, la jubilación mínima quedó en $15.700; entonces, los abuelos consideran que acceder a los $6.000 o $4.000 del plástico que reciben los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo sería una gran ayuda a sus ingresos y bajo poder adquisitivo que los obliga a veces a elegir entre tener salud o buena alimentación, aunque claro está que van de la mano.
Jorge Acosta. Desde los centros de jubilados aseguran que ellos no deciden sobre la cantidad de artículos.
"Aunque ahora recibimos el bolsón alimentario, esto no ocurre con tanta frecuencia por lo cual no sería descabellado pensar que el gobierno nacional pueda incluir a los jubilados que ganan la mínima dentro de los beneficiarios de la Tarjeta Alimentar", planteó Acosta.
Algunos obtuvieron el bono tan ansiado y lindo, durante los meses de diciembre y enero, pero en febrero volvieron a la situación común. También comenzó a regir la devolución del 15% en compras con débito, pero los beneficios siguen siendo insuficientes, alejados de la necesidad real de los mayores de 60 años.
Medicamentos gratuitos
Tras el anuncio del gobierno nacional sobre la puesta en marcha del vademécum de 170 medicamentos que representan unas 3.600 presentaciones medicinales que se distribuirán de manera gratuita entre todos los 5 millones de jubilados y pensionados afiliados al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (Pami), Acosta se mostró escéptico sobre su implementación.
Ya se entregaron la mayoría de los bolsones
"Ojalá que se cumpla con este anuncio", señaló con poco optimismo y reconoció que "sería muy bueno" que este anuncio se pueda materializar a través de la distribución gratuita de los medicamentos entre afiliados de Pami.
"Cuando una persona se jubila ya presenta algunos inconvenientes de salud propios de la edad. Es por eso que sería muy importante conseguir este beneficio. Ojalá se cumpla", comentó.