Datos clave de la actividad productiva
Los números confirman algo obvio: la pandemia y las restricciones impuestas han provocado una desaceleración brutal de la actividad productiva que ya venía muy golpeada. Por el otro, el sector agropecuario será nuevamente el encargado de reencauzar la recuperación económica del país.
La actividad económica se retrajo en septiembre 6,9% en relación con igual mes del año pasado, desacelerando el ritmo de caída en relación a agosto, al tiempo que registró un repunte de 1,9% respecto a agosto en la medición sin estacionalidad, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De esta forma, el Estimador Mensual de la Actividad Económica acumuló en los primeros nueves meses del año una baja del 11,9% interanual.
Los datos acuerdan con las previsiones de los organismos internacionales que señalan a la Argentina como uno de los países con mayor caída de la producción en este año particular dominado por la pandemia y la larga cuarentena. Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) señalo que nuestro país registrará la peor caída dentro de los que integran el G 20, con un estimado del 11,2%.
Dentro de este contexto desfavorable, algunos indicios de recuperación vienen apareciendo de manera muy paulatina. Según el Indec, en septiembre la economía creció 1,9% con relación a agosto. Y siempre de acuerdo con la estadística oficial, fue el quinto mes de recuperación consecutiva desde marzo. Por ello, la economía se ubicaría 7% por debajo del nivel previo a la pandemia.
Por otra parte, la Bolsa de Cereales de Córdoba anunció sus estimaciones sobre los cultivos de soja, maíz, trigo y sorgo. Pese a un escenario meteorológico incierto por el fenómeno de La Niña, las previsiones son bastante alentadoras. La entidad cerealera calculó el valor bruto de producción en 10.323 millones de dólares, "20 por ciento por encima de la última campaña y el segundo valor más alto de la historia, superando por un 18 por ciento el promedio de las últimas 12 campañas".
Respecto al ingreso bruto de los productores, descontados los derechos de exportación y gastos portuarios, se estiman 7.886 millones de dólares, el valor más alto de las últimas 12 campañas, 24 % por encima de la campaña previa, y 30 % sobre el promedio. La campaña agrícola implicaría una inversión de 2.486 millones de dólares por parte de los productores y un gasto potencial de 678 millones de dólares en concepto de fletes. La producción agrícola y su comercialización generarían $ 15.668 millones en términos de ingresos fiscales para la provincia.
Dos conclusiones son fáciles de deducir luego de exponerse las estadísticas y estimaciones referidas en los párrafos anteriores. Por un lado, se confirma algo obvio: la pandemia y las restricciones impuestas han provocado una desaceleración brutal de la actividad productiva que ya venía muy golpeada desde hace varios años. Por el otro, que el sector agropecuario, con la extraordinaria capacidad de reacción que evidencia en las regiones más fértiles del territorio nacional, será nuevamente el encargado de reencauzar la recuperación económica del país.
Claro que para que esto se produzca es vital la reducción de la incertidumbre. Algo que va de la mano con medidas gubernamentales que no espanten la inversión y restablezcan la confianza perdida.