Cerró su restaurante en Venezuela y sueña reabrirlo en San Francisco
Armando Gómez Salcedo es uno de los tantos venezolanos que escapó del régimen de Nicolás Maduro dejando todo atrás. Llegó hace tres meses y espera conquistar el paladar de los sanfrancisqueños con los platos típicos de su tierra.
En un departamento de barrio Roca huele a cilantro y otras especias. Nada que se le parezca a un plato típico argentino.
El chef internacional Armando José Gómez Salcedo, de 41 años, está cocinando las clásicas arepas venezolanas, unos rollitos de queso llamados tequeños y los pastelitos salados también típicos de su tierra: Venezuela, que luego vende vía WhatsApp.
Armando es uno de los 32 venezolanos que viven en San Francisco. En cifras oficiales y extraoficiales, hay más de 10.000 venezolanos residiendo en la ciudad de Córdoba y en el interior provincial. La cifra podría elevarse a 12.000 a principios de 2020.
Según estadísticas, esta realidad convierte a la provincia en el segundo destino elegido a nivel nacional, por los que llegan del país caribeño.
La esperanza y futuro, son las cosas que lo moviliza y pone todas las fuerzas para empezar a escribir su historia en nuestra ciudad.
Tiene dos o tres ollas, algunos utensilios de cocina que le prestaron y el amor puesto en la cocina. No tiene muebles. Solo una cama y una mesa de bar con dos sillas que comparte con su compañera de viaje y vida con la que emprendió esta travesía de sueños hacia la Argentina, Andrea Conde.
Todo eso está lejos de la realidad que vivía meses atrás, cuando llevaba adelante su propio restaurante en Lechería, cerca de Puerto la Cruz, uno de los lugares más ricos de Venezuela. En ese lugar atendía a más de cien personas por día de lunes a lunes, sin descanso.
Las arepas son un símbolo de la comida venezolana
Armado consiguió hace unos días trabajo en una rotisería, pero en sus horas libres elabora las arepas para juntar unos pesos extras. "Mis arepas son las que me sacaron adelante este tiempo. Me gustaría montar un restaurante con muchos platos venezolanos. No trato de inculcarle mi comida a la gente pero sí que las prueben", contó Armando.
Lejos de casa
Armando nació en la ciudad de Valencia, pero al tiempo se fue a vivir a Lechería cerca de Puerto la Cruz, uno de los sitios más prósperos de Venezuela.
Estudió Administración de Empresas y llegó a ser gerente de Kia Motors Venezuela, pero al cabo de un tiempo se dio cuenta que la cocina era su pasión. Dejó el confort de la oficina para estudiar Chef Internacional y comenzó su camino en la gastronomía.
Con una vida de crecimiento económico cuando las cosas andaban bien por la Venezuela de Nicolás Maduro, obtuvo en 2016 la concesión del restaurante de una casa de apuestas deportivas. Ese lugar lo administraba junto a su novia, Andrea Conde.
Dos años después con la inflación en alza del país caribeño, todo ese esfuerzo se fue esfumando poco a poco. Armando debió cerrar las puertas de su añorado comedor y se esfumaron sus esfuerzos. "La situación de Venezuela se fue deteriorando lentamente. Como era un restaurante en una casa de apuestas, la clientela dejó de apostar y obviamente, de comer. Cerré y ahí quedó el sueño", recordó.
Su nivel económico era muy bueno y a pesar de no tener trabajo, pudieron subsistir con ahorros pensando que todo cambiaría. Pasaron cinco meses, la situación de la economía venezolana se tornó irreversible y no quedaba escapatoria: había que salir.
Comparando con la situación económica y política de la Argentina, la pareja no dudó en hacer un análisis: "Hay una diferencia muy grande entre el pueblo venezolano y el argentino. Nosotros somos muy dóciles pero ustedes no. Nosotros callamos por mucho tiempo y así estamos. Argentina tiene sus irregularidades pero el pueblo se hace escuchar", concluyeron.
Los rollitos de queso llamados tequeños muy crocantes
Desembarco
Armando miró hacia el sur de América para huir de esa situación. Su compadre ya estaba instalado desde hacía tiempo en San Francisco y nuestra ciudad se convertía en una opción de vida y la esperanza de un futuro mejor.
El 17 de julio pasado, la pareja emprendió el viaje hacia la Argentina con destino final hacia San Francisco, donde supuestamente lo esperaban con una oferta laboral que al final no se concretó.
Al pollo frito se le agrega especias que le dan una sazón especial.
Heredera de café
La historia de Andrea Conde es digna de ser contada. Ella trae consigo una sabrosa e interesante herencia: es quinta generación de cafeteros de la marca Concafé, una de las más importantes de su país.
La firma, que llegó a tener 21 empleados, hoy solo trabaja la familia. "Las haciendas de mi familia es una de las primeras en el país, pero seguramente dentro poco tiempo ya no la tendremos más", confió Andrea Conde.
"La mayoría de la personas se fueron del lugar y casi no queda nadie. Hoy trabaja mi padre, abuelo y primos, pero como todos tienen hacienda y se ayudan mutuamente. El problema es que no dan abasto y no logran trabajar correctamente".