Buenanueva: “Esta crisis a la Iglesia la está purificando”
Sobre la lucha contra los abusos de sacerdotes, el obispo dijo que hoy los seminarios "son mucho más cuidadosos". Hoy comienza el juicio por abusos en el Instituto Próvolo.
"Ponerle nombre a estos delitos ayuda a mirar el problema de una forma correcta. La crisis que vive, a la Iglesia la está purificando", aseguró el obispo diocesano de San Francisco, Sergio Buenanueva, en la víspera del esperado e histórico juicio contras los sacerdotes del instituto Antonio Próvolo de Mendoza por los abusos sexuales de chicos sordos.
Monseñor Buenanueva tuvo que declarar como testigo en la etapa investigativa de la causa, aunque no ha sido llamado a prestar testimonio en la etapa del juicio oral.
Buenanueva presidía la comisión de Ministerios de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que se ocupa de recibir las denuncias por abuso sexual. Formó parte de una investigación periodística en la que se pudo determinar que luego del caso Grassi, en el país hubo 62 curas y monjas denunciados por abuso sexual.
En un reportaje Buenanueva había dicho que "uno de los grandes errores" de la Iglesia argentina fue proteger a los curas abusadores. Tras esa declaración, las víctimas del Instituto Próvolo solicitaron que el religioso diera explicaciones en la justicia.Mientras se espera el inicio del debate, en la causa ha tenido repercusión mundial, Buenanueva expresó su repudio a los hechos protagonizados por miembros de la diócesis mendocina donde él ofició.
Cambios
Aunque se aguarda que se expida el Vaticano, acerca de los resultados de la investigación canónica, Buenanueva recordó que "se vienen reformando los procesos canónicos para enfrentar los abusos así como también los delitos de negligencia que recaen sobre nosotros los obispos cuando no tratamos estos delitos de la manera en que deben ser tratados" dentro de la Iglesia.
Ante el escándalo, la Iglesia tuvo que adaptar sus procesos canónicos con el objetivo de agilizar la respuesta a los reclamos de Justicia. "Esto ha sacado a la luz inconsistencias y fragilidades que están siendo revisadas como el secreto pontificio y la información a las víctimas que no está asegurada del todo", dijo el religioso.
Buenanueva afirmó que la Iglesia está trabajando en implementar líneas de acción para asegurar la prevención de este tipo de aberraciones. "Hay que crear ambientes seguros para que no ocurran estas cosas, abordar las causas que hacen posible esto".
Abusos de poder
Buenaueva sostuvo que en la actualidad los seminarios de formación sacerdotal "son mucho más cuidadosos" para lo cual utilizan "todo los recursos necesarios surgidos de la psicología".
Para el obispo, "el abuso sexual es en realidad un abuso de poder" por parte de algunos miembros de la Iglesia que son victimarios de menores que deben estar a su cuidado y orientación.
"Hoy la Iglesia habla no solo de abusos sexuales sino de abusos de poder. Tenemos que preguntarnos qué ocurre en un adulto que debería encontrar en otro adulto su adecuado compañero sexual pero lo busca en un menor o en una persona vulnerable. El abusador no puede entablar una relación con un par y entonces abusa de su poder ante una persona vulnerable", se explayó.
"El Papa Francisco reconoció que está en crisis el modo de ejercer el sacerdocio y como pastor nos está ayudando a recuperar una vivencia colocándose él mismo como un servidor del Evangelio. El sacerdote tiene que vivir con humildad interior, con austeridad y servicio a las personas", siguió.
Más allá de reconocer que "es muy doloroso" que la Iglesia tenga que expulsar a un sacerdote por haber cometido estos delitos sexuales, Buenanueva estimó que ese tipo de situaciones "va a ayudar a que la Iglesia pueda vivir con más autenticidad su tarea".
A
puertas cerradas a la prensa y con traducción simultánea en lenguaje de señas
ante la presencia de las víctimas y sus familiares, comenzará hoy lunes en
Mendoza el juicio por abusos sexuales cometidos en el Instituto Antonio Próvolo
para niños hipoacústicos contra dos curas y un jardinero que trabajaba allí. El juicio que marca el mayor escándalo
por denuncias de abusos sexuales eclesiásticos
registrado en Mendozacomenzará alrededor de las 8.30 contra los curas Nicola Corradi (83) ,
Horacio Corvacho (59) y el administrativo Armando Gómez
(57), los tres imputados por "abuso sexual con acceso carnal agravado por
la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con
corrupción de menores". El fiscal Gustavo Stroppiana, quien encabezó la mayoría de
la instrucción, imputó a Corbacho por 16 hechos de abuso, de los cuales ocho
son por abuso sexual agravado con acceso carnal (violaciones); y a Corradi y a
Gomez por seis hechos de abuso sexual a cada uno. Otra acusación formal restante es por corrupción de menores
(obligarlos a ver videos y revistas pornográficas). Esta causa ya tiene un condenado y es el monaguillo Jorge
Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre del año pasado durante un
juicio abreviado, ser autor de 11 abusos y deberá cumplir diez años de prisión.La hora del juicio: sin prensa y con lenguaje de señas
Arranca el juicio oral por los abusos en
el instituto para niños hipoacúsicos Antonio Próvolo, de la provincia de
Mendoza
Todas las denuncias contra los curas y contra los empleados del Próvolo provienen de ex alumnos del instituto, quienes manifestaron haber tenido entre 5 y 16 años al momento en que se produjeron los ataques.
Corbacho, Gómez y Bordón, ya condenado, se encuentran alojados en cárceles mendocinas, en tanto que Corradi por su avanzada edad, cumple con la preventiva en modalidad de domiciliaria.
Asimismo en esta causa ya fue sobreseído y declarado "inimputable" Luis Ojeda (41), quien según dictaminó el Cuerpo Médico Forense en diciembre de 2017 "no comprende la criminalidad de los hechos".
Los cinco fueron denunciados por ex alumnos del instituto Próvolo de la localidad de la localidad mendocina de Luján de Cuyo como autores de abusos sexuales, simples (tocamientos) y agravados (con acceso carnal), mientras las víctimas eran menores de edad que estudiaban y dormían en los albergues del instituto.
Tras una extensa investigación que incluyó numerosas testimoniales, cámaras Gesell e incontables allanamientos e inspecciones al lugar, y con absoluto silencio de la Iglesia católica, se aguarda que la justicia mendocina aplique la mayor de las penas a los acusados de aberrantes abusos a niños indefensos.
"De la justicia esperamos una condena ejemplar", remarcaron desde el colectivo Sobrevivientes del Próvolo.
Para ellos, "la valentía de los jóvenes sobrevivientes del Instituto Próvolo de Mendoza permitió romper el cerco de impunidad institucional en el que los abusadores se amparaban por asimetría de poder".
"Sin pausa, muchos y muchas sobrevivientes se fueron fortaleciendo y se atrevieron a denunciar a sus abusadores y cómplices, y esto se extendió fuera de las fronteras de nuestra provincia. Por ello, entendemos que es un logro histórico haber llegado a un proceso judicial", afirmaron.
"Las causas son tres: la primera es la que comienza mañana, la segunda es la de Kosaka Kumiko, la monja acusada de haber participado en episodios de vejámenes y corrupción de menores hipoacúsicos en el instituto, y la tercera, que está en etapa de instrucción y aún no fue elevada a juicio, involucra a la ex directora Graciela Pascual y la monja Asunción Martínez, por omisión", precisaron desde la ONG querellante Xumec.
Los abogados querellantes de la causa, Sergio Salinas y Oscar Barrera, han denunciado a lo largo de toda la instrucción la falta de colaboración de la Iglesia Católica en general y del Vaticano en particular en el Caso Próvolo.
Los imputados podrían recibir penas de hasta 50 años de prisión.