Bailando contra los prejuicios
María Victoria Rolando está embarazada de 23 semanas pero ello no le impide practicar el pole dance que tanto ama. Salud, sensualidad y pasión alrededor del caño.
Por Gabriel Moyano | La Voz de San Justo
Con una sonrisa. Amplia. De punta a punta. Así responde Victoria cuando le preguntan sobre los prejuicios que despierta su actividad. Por un lado, los que temen por su salud y la de su beba cuando la ven trepada al caño. Por el otro, los que sostienen el tabú de que las embarazadas no pueden transmitir sensualidad.
Y vaya si la transmite. Vicky le dedica tiempo al peinado, al maquillaje, pide opiniones sobre el vestuario. Se pinta los labios frente al espejo y en un abrir y cerrar de ojos ya está haciendo lo que más le apasiona hacer: "Tenemos el amor del esposo, de los hijos, de las amigas... y está el amor por la actividad física que elegimos y yo elijo el pole dance y la lira como mis pasiones".
María Victoria Rolando tiene 32 años y hace 8 que se dedica al pole dance. No es la primera vez que lo practica embarazada, ya que tiene un pequeño de 3 años que siempre que puede la acompaña. Hoy, con 23 semanas de gestación (espera a una beba que se llamará Hela), asegura que con responsabilidad y los cuidados de la profe Cristina, disfruta de cada truco que hace y seguirá practicando hasta que "el médico y cuerpo" se "lo permitan".
Hace pocos días, la academia participó del Ellas Rockean en el Centro Cultural y causó furor. Sobre todo Victoria con su panza, haciendo trucos y dejando a todos con la boca abierta. Allí, en ese entorno de empoderamiento femenino, se sintió contenida y valorada. Pero en la cotidianeidad suele enfrentarse a quienes miran y critican sin informarse demasiado.
Ya lo vivió cuando quedó embarazada de Ezio, cuando ella misma dudó: "Pensé que quizás tenía que dejar de hacer actividad física, pero lo consulté con mi médico y mi profe y coincidieron en que si lo hacía con respeto y como es una actividad que yo ya venía haciendo por lo que tenía los recursos necesarios como para cuidarme, lo iba a poder seguir haciendo. Gracias a Dios pude seguir practicando esta actividad".
Los cuidados a seguir son simples: evitar
los trabajos abdominales y mucha precaución con las alturas, ante una posible
caída. "Yo cuento con la compañía permanente de mi profesora, que siempre está
ahí por si me resbalo o me pasa algo. Sé que no me va a pasar nada y la
confianza esa es impagable", cuenta.
"Saber que mis hijos comparten esto conmigo desde la panza es algo increíble, porque esta es mi pasión. Yo jugué al vóley toda mi vida, pero en un momento tuve que dejarlo por motivos personales y encontré esta actividad que me apasiona y me encanta. Poder compartir con mis compañeras, poder traer a mi hijo a los entrenamientos, contar con el apoyo de mi marido, se siente muy bien", profundiza.
"Tenemos
el amor del esposo, de los hijos, de las amigas... y está el amor por la
actividad física que elegimos y yo elijo el pole dance y la lira como mis
pasiones".
El tema inevitable: "Hay muchos prejuicios alrededor del pole dance, pero es una actividad que conlleva mucho físico y mucha ayuda de los profesionales. Es algo que nos gusta, venimos acá y nos olvidamos de los problemas".
"La academia es una familia: acá pasamos muchos momentos lindos, pero cuando una tiene un mal día viene y lo cuenta y lloramos juntas. También nos divertimos, festejamos nuestros cumpleaños y los de nuestros hijos. Pasamos muchas horas acá, pero no porque tengamos que hacerlo sino porque queremos hacerlo. He formado mi grupo de amigas acá y es muy lindo poder hacer una actividad que me gusta junto a gente que vale la pena", dice ya con algunas lágrimas mojándole los ojos.
Gustarse y gustar
A esa sonrisa ancha que la caracteriza, Vicky la acompaña con bellos ojos celestes, una cabellera hasta la cintura y un físico que el entrenamiento le fue forjando a lo largo de estos años. Victoria es sensual y lo muestra de una manera natural, más allá de que a algunos no conciban la posibilidad de sexy y a la vez estar embarazada.
Ella aborda el tópico sin tapujos. "El tema de la sensualidad en el embarazo es complicada pero no imposible. Hay que trabajarla. Yo digo que es fundamental la persona que tenés al lado porque si te hace sentir linda vos te vas a sentir linda, por más que tengas 25 kilos arriba como me pasó en mi primer embarazo".
"Ahora estoy con una compañera que es nutricionista, que me está ayudando para no volver a aumentar esa cantidad de kilos, por una cuestión de salud. Pero con esos 25 kilos que subí en mi primer embarazo no dejé de sentirme linda y sexy. Esta actividad, al ver que podés hacerla, sentís que te ayuda sobre todo en el embarazo, donde los 'bolonquis' hormonales son muchos", dice entre risas.
Un momento de gloria fue en el pasado Ellas Rockean que se realizó en el Centro Cultural. Allí Victoria deslumbró a todos con sus habilidades y su panza al aire. "Fue muy lindo, muy emotivo. Las chicas de Rocksa organizaron un evento muy copado ya que éramos todas mujeres por el arte y por el rock. Estuvo muy bueno presentar una coreografía que no es la mujer embarazada acariciándose la panza como estamos acostumbrados sino que era más mostrar la fuerza que tiene una mujer embarazada por lo que está pasando. Lo de la gente fue hermoso, me paraban y me felicitaban porque no podían creer lo que veían. Bueno, todo eso es fruto de mucho trabajo en conjunto".
Cuando le pedimos que describa en pocas palabras qué significa esto para ella, piensa y recuerda: "En el momento que no pude hacerlo como yo quería durante los primeros tres meses de embarazo, porque la mujer está cansada y su cuerpo aún se está acomodando., realmente me faltó algo y no estuve bien. Poder volver a hacerlo fue fundamental".