A 43 años del golpe: “Se los llevaron por enseñarnos nuestros derechos”
El matrimonio desapareció en mayo de 1976. Alcides Cabrera y Juan Carlos Gudiño, gremialistas en los setenta, recordaron aquellos tiempos de lucha y convicción de la pareja de abogados a favor de la clase obrera.
Los abogados laboralistas Nora Graciela Peretti Gómez de Gallardo y Rodolfo Gustavo Gallardo Ramos engrosan la lista local de víctimas de la última dictadura militar. Su desaparición data del 12 de mayo de 1976, época en que eran reconocidos como activos militantes en la defensa de los trabajadores. Su arma: la Ley de Contrato de Trabajo - LCT- (Nº 20.744), sancionada en septiembre de 1974.
"A ellos se los llevaron por enseñarnos nuestros derechos", los recordó Alcides Cabrera, miembro actual y de por aquél entonces del Sindicato de Obreros y Empleados de la Madera.
"Nunca tuvieron armas, nunca mataron a nadie pero para los militares eran peligrosos por su capacidad e inteligencia", reflexionó Juan Carlos Gudiño, actual asesor gremial y secretario General del Sindicato de Panaderos en la década del 70.
Ambos sindicalistas recordaron al matrimonio al cumplirse 43 años del último golpe de Estado en el país y el más violento. Su apoyo a los trabajadores pero también su voluntad de formar un gremialismo más activo.
A su lado, Martín Gallardo, hijo del matrimonio, y Guillermo Peretti, hermano de Nora, los escuchan.
Formar por la igualdad
La Ley de Contrato de Trabajo se había convertido en una nueva herramienta legal. Los trabajadores se encontraban ante un nuevo universo de oportunidades, que luego se vería opacado durante la dictadura.
"Era todo nuevo para nosotros. No conocíamos nada de la ley. Éramos simples trabajadores que luchábamos por nuestros derechos y Nora quería que nosotros la conociéramos, que la aprendiéramos. Que supiéramos en qué ampararnos", recordó Cabrera.
Los trabajadores de la industria, la sanidad, la construcción, el sector panadero, municipal, lechero, fideero y gráficos encontraban en el matrimonio el amparo legal que necesitaban.
"A mediados del '74, Nora había conformado pequeños cursos y charlas para delegados y comisiones directivas donde nos enseñaba artículo por artículo de la LCT para que los trabajadores nos formáramos legalmente. Si mataron al autor de la ley, Norberto Centeno - secuestrado y torturado en julio de 1977 en Miramar, provincia de Buenos Aires-, ¿cómo no iban a venir por dos jóvenes soñadores que querían aplicarla y defendernos?", pensó Cabrera.
La nueva ley incluía liquidaciones e indemnizaciones específicas en base a distintas situaciones según como sea el despido -con o sin causa-, trabajo en relación de dependencia y eventuales, licencia anual y especiales como por matrimonio, hijos y escolar; el recibo de sueldo; la especificidad de los datos y funciones del trabajador en un libro especial; entre otros ítems. Y en la defensa de estos puntos, la pareja no era bien vista por los sectores patronales. "Ellos generaban rivalidades con empresarios por el simple hecho de defender a los trabajadores y lograr Justicia por ellos", comentó el trabajador maderero.
Eran uno más
Entre 1974 y 1976, los focos de mayor agitación obrera (Córdoba y el cordón industrial del norte de la Provincia de Buenos Aires hasta el sur de Santa Fe) fueron fuertemente reprimidos por fuerzas policiales y militares. Además algunas de sus organizaciones fueron intervenidas y sus líderes perseguidos y encarcelados.
Tanto Nora como Rodolfo acompañaron a los trabajadores en cada marcha y protesta. "Ellos eran uno más de nosotros. Ellos compartían momentos con los trabajadores, iban a las casas humildes de ellos donde los visitaban y asesoraban".
La forma de trabajar del matrimonio se correspondía con la forma de pensar de ellos con una militancia activa en el Frente de Izquierda Popular (FIP). "Buscaban la igualdad de nosotros, que tuviéramos nuestros beneficios. Cualquier problema que teníamos, caíamos ahí; a cualquier hora y en cualquier momento", señaló Gudiño.
"Muchos trabajadores lograron comprarse una casa o un auto logrando la indemnización que les correspondía, o si el trabajador necesitaba asesoramiento legal y no tenía dinero para pagar la consulta, Nora y Rodolfo se conformaban con un asado. Ellos vivían así y pensaban así", recordó Gudiño.
Luego los definieron como profesionales que "no tenían intenciones de hacerse millonarios porque en lo único que pensaban era en la Justicia Social".
El 24 de marzo de 1976, Gudiño fue secuestrado con Peretti y otros gremialistas de la ciudad, terminando detenidos en la ex Fábrica Militar de San Francisco. Luego los llevaron al Campo de la Rivera en Córdoba pero a los días recuperaron la libertad. Lo que no sabían era que un mes y medio después, el 12 de mayo, los militares volverían por el matrimonio.
"Muchos les decíamos que se vayan del país pero ellos no querían porque tenían sus clientes y no los podían dejar de defender. Cuando pasaron quince días que los habían secuestrado, sabíamos que no iban a volver", comentó Cabrera.
El matrimonio junto a Martín, su hijo
Nora y Rodolfo, su desaparición
Nora Peretti y Rodolfo Gallardo fueron secuestrados en su casa de calle Cabrera 2454 el 12 de mayo de 1975 en nuestra ciudad, con 31 y 33 años respectivamente y llevados al campo de La Perla. Nora nació en San Francisco el 26 de febrero de 1945 y Rodolfo el 10 de marzo de 1943 en Córdoba. Al momento del secuestro y desaparición, tenían a Martín, su hijo de tres años y medio, el que fue dejado en la puerta de la casa de sus tías Argentina y Susana Peretti. Martín no volvió a ver a sus padres desde aquella noche.
En 2016, una sentencia en la megacausa de La Perla, la más importante de Córdoba por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, condenó a prisión perpetua al exgeneral Luciano Benjamín Menéndez y otros 37 represores. El fallo, que se hizo esperar, cerró un período terrible de la historia de una familia, de nuestra historia como ciudad.