Cuestión de fe y algo más
San Isidro mostró un pobre rendimiento al momento de la suspensión de la Liga Argentina por la pandemia del coronavirus, pero su entrenador Sebastián Torre se mostró ilusionado en revertir la situación cuando se reanude la competencia.
La cuarentena por el coronavirus cambió nuestras costumbres, cotidianeidad, es cierto, y cada uno en su lugar trata de aprovechar el tiempo de la mejor manera. Aislamiento en el que se debe elegir como vivir, qué actividades desarrollar para mantenerse entretenido, pero que también invita a reflexionar sobre proyectos establecidos y que hoy quedaron en un imprevisto impasse.
En ese sentido él utilizó las largas horas de encierro en su departamento para descomprimir tensiones pero a la vez imaginando un venturoso futuro para San Isidro más allá del complicado comienzo del equipo en la nueva temporada de la Liga Argentina de básquet donde mostró un pálido semblante víctima de su oscilante rendimiento.
Irregular campaña que lo hizo retroceder en las posiciones de la Conferencia Norte, trayendo como consecuencia una rigurosa autocrítica del plantel y el "corte" de un jugador. Delicada coyuntura que el entrenador, Sebastián Torre, abordó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO y espera superar cuando se reinicie la competencia aferrado a su espíritu de fe y apelando a un cambio de actitud.
-¿Luego del largo paréntesis que tendrá la competencia será como empezar de cero?
-No sé si será un comienzo de cero por el simple hecho que hay una tabla de posiciones que manda y no estamos en una ubicación de vanguardia, pero sí es un "parate" que atendiendo y entendiendo la lógica que hay que hacer caso y respetar la cuarentena, uno renueva ganas, esperanzas, y demás sinónimos que hacen que se vuelva al trabajo de una manera mejorado desde lo anímico.
-Los principales referentes del equipo reconocieron su bajo rendimiento, fue una manera de hacerse cargo también del complicado momento y evitar que toda la responsabilidad recaiga sobre vos...
-Puede ser un acto de valentía la autocrítica de los jugadores, un tipo de sinceramiento pero como entrenador tengo que tratar de que el equipo juegue bien y que esas individualidades levanten. No sé si es una manera de que la responsabilidad no sea sola mía porque quien eligió los jugadores soy yo, uno cree en un proyecto de básquetbol, proyecto no de duración en un tiempo, en algo prolongado, sino en un proyecto que ayude a conquistar triunfos y ayude a los jugadores a levantar el nivel.
A decir verdad y con mucha humildad esta es una situación nueva en mi experiencia como entrenador por conseguir una solidez y bueno, todavía tenemos tiempo porque todas las cosas acaban cuando realmente acaban y todavía esto no terminó, así que tenemos la posibilidad de trabajar todos para que el equipo juegue mejor, para que esos jugadores que se declararon bajos levanten el nivel, entonces utilizar este "parate" como una oportunidad de mejora, va a ser lo mejor, lo más saludable.
-¿La salida de Diego Guaita achicó la plantilla pero a la vez aumentará la responsabilidad de todos para evitar extrañar ausencias?
-Siempre que sale un jugador las responsabilidades aumentan para el resto, lo mismo que cuando un jugador ingresa a una plantilla uno quiere que sea un refuerzo y no una incorporación, entonces eso ayuda a lo que lo colectivo pueda crecer. Bueno, ahora salió un jugador importante y veremos como el equipo se adapta para ocupar la posición que queda vacante, uno siempre es optimista.
-¿Mantenes contacto con el plantel durante la cuarentena?
-Con los jugadores estamos en contacto, el "profe" Daniel Pérez les dio un plan de trabajo y quien es el encargado del seguimiento, nosotros por ahí vía internet vamos a trabajar algunas cosas técnico- tácticas o refrescar conceptos para que cuando volvamos a entrenar no todo sea inicial sino una continuidad, porque más allá del nivel juego el bagaje táctico es importante recordarlo.
-¿Este tiempo de aislamiento te sirvió para descomprimir tensiones?
-Es un tiempo obligadamente en el que uno hace un análisis retrospectivo, un tiempo para encontrarse con uno mismo, de lectura, y donde por un tiempo al menos no te levantas tratando de ganarle a otro persona, a otro equipo, sino que te levantas dándote tus satisfacciones mirando televisión, leyendo lo que crees que te hace bien, bajas un cambio, la ansiedad que es mucha, pero es un tiempo para uno mismo.
Los entrenadores nos levantamos cada día pensando en colectivo, pensando en que se puede hacer para solucionar, para que tal jugador esté contento, para que levante, para que el dirigente se ponga contento con el equipo, hay miles de preocupaciones pero este tiempo uno lo utiliza para dejar un poco de lado eso y para pensar en uno mismo y hacer pequeñas evaluaciones pero evaluaciones al fin. En síntesis estoy tranquilo.
-¿Te ilusionas con un cambio de efecto?
-Creo en Dios, es lo primero en que creo, después en las ganas de trabajar, de salir adelante, obviamente esto es un trabajo colectivo, pero si todos pensamos de la misma manera se puede. Creo que la valentía más grande es estar cerca del equipo ahora y no darse por vencido.
Tengo ilusión porque soy un hombre de fe, vine a San Francisco para hacer buenas campañas, ya lo logramos una vez y no entiendo porque esta va a ser una excepción, si esto no es difícil, pero ahora hay que tener la valentía suficiente y confiar.
La fe hace que todavía haya una expectativa de logros, que hay un futuro, complicado sí, pero yo sigo creyendo en este plantel.
-¿Un mensaje final?
-Puedo decir que no nos vamos a rendir, al menos yo no me voy a rendir porque vine por lo máximo y voy a luchar hasta lograrlo con este equipo.
Ante un momento en que las cosas no andan bien, la actitud es lo que determina salir adelante o no. Hay que hacer fuerza en eso, estamos pasando un mal momento, con dudas, pero hay que seguir, tenemos que tener una actitud desafiante, convincente de seguir adelante.
Yo tengo ganas, no me voy a rendir, me debo a un club que me contrató y voy a confiar hasta el final, Dios quiera tengamos un resultado favorable.